Empleo ilegal en Europa
4 de marzo de 2003Tres son las áreas en las que se concentran: el campo, la construcción y el servicio, especialmente en hogares privados. Miles de personas del este europeo trabajan ilegalmente en Alemania y la mayor parte de ellas suelen percibir un salario muy bajo y no contar con ningún tipo de seguridad social. En el caso de Alemania, la gran mayoría de mano de obra barata proviene de Polonia. Aún cuando los polacos ya no requieren de un visado para entrar en territorio germano, necesitan un permiso oficial de trabajo.
A todos ellos les resulta difícil defenderse en caso de injusticias, como salarios no pagados o menores a lo inicialmente negociado. No sólo no dominan el idioma alemán, sino que - lo que resulta más importante - la mayoría teme ser descubierta y ser víctima de represalias y multas.
A pesar de esta precaria situación, hay que resaltar que Alemania cuenta con leyes modernas que protegen incluso a los trabajadores ilegales pues, según el sistema jurídico alemán, quien trabaja tiene derecho a sueldo, aun cuando se encuentre de forma ilegal en el país. La gran mayoría de los inmigrantes desconocen, sin embargo, sus derechos o no saben cómo hacerlos valer.
Imposible un control absoluto
Un grupo de expertos de cuatro países - Alemania, Gran Bretaña, Grecia e Italia - analizó la situación de los inmigrantes ilegales en la Unión Europea. La meta del estudio fue definir las regulaciones con las que los diferentes estados tratan de limitar el trabajo ilegal. Entre los diversos resultados, se descubrió que aun cuando la mayor parte de los estados cuentan con controles bastante estrictos para tratar de limitar la inmigración ilegal, su aplicación difiere de país a país. Alemania es uno de las naciones que actúa de forma más consecuente. En ningún otro miembro de la Unión Europea existe tanto control de los lugares de trabajo como en Alemania.
Otro de los resultados es que por lo general se descubre más a los hombres que trabajan ilegalmente que a las mujeres, lo que se debe a que ellos suelen concentrarse más en el área de la construcción, mientras que ellas trabajan preferentemente en ámbitos privados, lo que dificulta el control por parte de las autoridades. Además también resulta difícil comprobar la percepción de un salario, pues por lo general se aduce que se trata de servicios amistosos.
Grandes esperanzas
El estudio demuestra que, como en el caso de Polonia, los trabajadores ilegales provenientes de los países próximos a integrarse en la Unión Europea, cifran una gran esperanza en la pronta integración, pues entonces empezarán a valer para ellos también los principios del mercado interno europeo referentes al libre intercambio de mercancías, capital y servicios. Además, todos los ciudadanos podrán escoger libremente el lugar en el que quieren vivir y trabajar.
En los primeros años regirán ,sin embargo, periodos de transición para la oferta de trabajo y servicios. Hay países como Alemania y Austria que impondrán un periodo de transición de siete años, otros abrirán sus mercados después de dos años y hay quienes liberalizarán desde un principio.
Es de preverse que las primeras olas de trabajadores de los nuevos estados miembros se dirijan en un principio a los países que no tengan periodos de transición o en donde estos periodos sean muy cortos, como Suecia u Holanda. Habrá que ver si esto hace que se reduzca el problema de la ilegalidad. Los expertos se muestran cautelosos sobre los pronósticos del desarrollo del mercado laboral después de la ampliación hacia el Este y estiman que el trabajo ilegal sólo se reducirá visiblemente si en las naciones que se sumen a la Unión Europea mejora en forma sustancial la situación económica.