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El Padre Otto quiere que gane Ecuador

CP/ Agencias20 de junio de 2006

Es un sacerdote bávaro y hace décadas se dedica a reunir fondos para ayudar a jóvenes ecuatorianos sin recursos. Hoy es invitado especial del partido Ecuador-Alemania.

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Imagen: AP

Ser hincha de un equipo es fácil: la alegría por el gol va en una dirección, los cánticos y la felicidad del triunfo, o la tristeza por una mala actuación se resumen en los colores de una sola camiseta.

Más difícil les resulta a quienes tienen el corazón partido al medio, los que hinchan por dos equipos. Es el caso de muchos hijos de inmigrantes en Alemania: una parte de la camiseta tendría que tener los colores de un equipo, y dejar lugar también a los del otro. También el Padre Otto Steinberger conoce el dilema: es alemán, y una parte de su corazón late por Ecuador.

Décadas de trabajo social por los jóvenes

El Padre Otto tiene 69 años y ha viajado más de seis veces al Ecuador durante sus 43 años de sacerdocio, mayormente a la diócesis de Río Bamba. Allí se comprometió con grupos de jóvenes para reunir fondos y ofrecerles una mejor calidad de vida.

Comenzó en 1992 con el proyecto "Tierra para Indios" contando con un capital de 40.000 marcos. Actualmente cuenta con cerca de un millón de euros para un fondo agropecuario de la diócesis.

Regalo de cumpleaños en el Mundial

En pocas semanas, el Padre Otto cumple 70 años. Con este motivo, el sacristán Matthias Lincke organizó junto a la congregación del pueblo Seeon, donde vive Steinberger, un excepcional obsequio. Otto fue transportado al aeropuerto hoy por la madrugada, y a eso de las siete (hora alemana) llegó a Berlín, donde lo esperaban un representante de la FIFA y uno del equipo ecuatoriano.

Le entregaron una camiseta amarilla, recién firmada por los jugadores con la leyenda "Para el padre Otto". Luego es recibido en el Reichstag, el antiguo Parlamento alemán, y de allí lo llevan al estadio.

La camiseta será subastada para recaudar fondos para Ecuador. Esta vez, el dinero será destinado al proyecto de la dominicana Sigmunda Schnetzer, que hace 25 años se ocupa de los chicos de la calle en dicho país.