Es el carnívoro más grande de México y está en peligro de extinción. La escasez de agua y alimentos acercan al oso negro americano al núcleo urbano de Monterrey. Los avistamientos y los conflictos con ganaderos van de la mano con la pérdida del instinto silvestre de los oseznos y de su función ecosistémica como reforestador. Un equilibrio frágil y difícil de gestionar.