El monstruo del odio
14 de diciembre de 2009Manto ponzoñoso
Corriere della Sera, Roma: “El odio político es un monstruo que, desencadenado, es difícil de volver a ser domeñado. Aún cuando no esté arropado en una ideología política (como es efectivamente el caso cuando se trata de terrorismo), es decir, aun cuando sea obra de un individuo aislado (y como todo parece indicar, enfermo), como es el caso del agresor junto a la catedral de Milán. El odio político cubre como con un manto ponzoñoso toda discusión política, reduciendo al oponente político a un blanco que hay que destruir, también físicamente. La sangrienta agresión contra Berlusconi es un fruto de esa degeneración.”
Un sucesor del Emperador
Dziennik Gazeta Prawna, Varsovia: “Berlusconi tiene la sensación de que goza de total impunidad, como si fuera un sucesor del Emperador de Roma y de las familias patricias. Berlusconi mezcla el poder con los negocios, en tanto utiliza sus propios medios de comunicación contra sus opositores políticos. Berlusconi hace negocios turbios con la mafia y recurre a trucos para evadir impuestos. Una y otra vez se transforma en el héroe de los escándalos. Hasta ahora, Berlusconi ha rechazado todas las acusaciones, tildándolas de ataques políticos. Simultáneamente ataca él mismo con palabras agresivas a todos aquellos que no le son fieles. Un ataque físico contra su persona es un acto fatal, porque la agresión sólo puede llevar a una escalada de la violencia. El ataque revela, sin embargo, el grado de desesperación y desconcierto que el estilo de gobierno de Berlusconi ha provocado entre los italianos.”
Clima de degradación política
La République du Centre, Orléans: “Casualmente la agresión tuvo lugar después de un mitin de su partido “Pueblo de la Libertad”, durante el cual agredió otra vez fuertemente a los medios. Y como siempre, Silvio Berlusconi utilizará ahora también la escena de los medios de comunicación para ganarse las simpatías de los italianos… gracias al atacante que levantó la mano contra él. Y en Italia continuará extendiéndose un clima de degradación política, en el que todos los golpes están permitidos.”
PK/dpa
Editor: José Ospina Valencia