El lago Villarrica, una joya natural en el sur de Chile, enfrenta una crisis ambiental crónica. Durante mucho tiempo, la cuenca ha estado expuesta a la actividad humana y las descargas de nutrientes han desequilibrado todo el ecosistema. Los altos niveles de saturación amenazan la salud pública, la biodiversidad y las economías locales que dependen del lago para subsistir.