El giro de América Latina a la izquierda
9 de junio de 2005El Salzburger Nachrichten, de Salzburgo, opina: "Los marginados intentan una rebelión. Una serie de nuevos gobiernos de izquierda ha llegado al poder. Y exhiben una actitud cada vez más crítica hacia Estados Unidos. En especial Brasil aspira a posicionarse como potencia regional. El presidente Lula, como líder latinoamericano, no trepida en interponerse en el camino de las ambiciones políticas y económicas de Washington. La fama del gigante estadounidense ha vuelto a caer al punto más bajo en América Latina. El presidente mexicano, Vicente Fox, se ha enterado de que la lucha contra el terrorismo tiene prioridad para el gobierno de Bush. Los latinoamericanos tienen la impresión de que Washington se ocupa sobre todo de sus ventajas económicas."
Preocupación estadounidense
El periódico Nesawissimaja Gaseta, de Moscú, comenta sobre la crisis boliviana: "Al término del conflicto probablemente llegará al poder el séptimo gobierno latinoamericano de izquierda que mire con desconfianza a Estados Unidos. Según las noticias que llegan de Washington, allí se observa con preocupación lo que ocurre en Bolivia. (...) Pero la cautelosa reacción al tema boliviano se distingue del creciente interés que Estados Unidos manifiesta por la democratización del Medio Oriente y las coloridas revoluciones en ex repúblicas soviéticas. A todas luces Washington no ve el giro de algunos países sudamericanos hacia la izquierda como un paso hacia la libertad y la democracia."
Contradicciones germanas
En cuanto a las relaciones de Washington con Berlín, la edición germana del Financial Times apunta: "Alemania mantiene su alianza con Estados Unidos y está dispuesta a asumir responsabilidades. Pero debe ser convencida, como ocurrió antes en el caso de los Balcanes o de Afganistán. Esta contradicción entre la aceptación del liderazgo estadounidense y las dudas acerca de la política exterior de Washington ha marcado en los últimos tres años la gestión de Joschka Fischer. En los pasados 7 años, Alemania ha ganado tanta confianza en sí misma y peso en política exterior que Berlín quiere ser más un interlocutor que un simple aliado. (...) La alianza transatlántica sólo podrá superar los desafíos de la globalización y el terrorismo internacional mediante la cooperación."
Sueño frustrado
La Repubblica, de Roma, aborda por su parte el tema de las aspiraciones de Alemania y otros países a contar con un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. "La Reforma del Consejo con la inclusión de Alemania, Japón, Brasil e India, no tendrá lugar. Así lo ha dicho Pekín. China entra al ruedo con toda su influencia política, como miembro permanente del Consejo de Seguridad con derecho a veto. El objetivo es, naturalmente, bloquear las ambiciones japonesas. Pero la intervención china probablemente representa también el punto final a los sueños de todo el grupo de los cuatro, algo que también desea Italia."