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El engendro constitucional iraquí

29 de agosto de 2005

El borrador constitucional que despachó el parlamento iraquí, sin el consentimiento sunita, no promete contribuir a la pacificación de Irak. Esa es la opinión predominante en los comentarios de la prensa europea.

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No se perfila alivio a los problemas de seguridad en Bagdad.Imagen: AP

La Stampa, de Turín, opina: "Una Constitución basada en contrastes étnicos y religiosos es el fundamento para futuras divisiones en el país. Por lo menos desde ese punto de vista, el borrador constitucional presentado el domingo en Bagdad, sin la firma de los sunitas, es un fiel reflejo de la situación imperante en el Irak de hoy. Nadie en su sano juicio imaginó que, después de 30 años de régimen del Baath, la antigua Mesopotania evolucionaría con toda tranquilidad hacia la democracia, menos teniendo en cuenta la falta de autocrítica en los intentos de pacificación. No obstante, el borrador constitucional que ahora fue presentado al parlamento parece ser mucho peor de lo que se temía".

Misión Incumplida

El País, de Madrid, apunta: "A esta Constitución le pasa un poco lo que a la guerra de Bush: no está terminada, y será difícil rematarla. Aún se puede complicar de aquí a un referéndum cuyo resultado no está garantizado, y, que, quizás inevitablemente, tiene muchos cabos sueltos. Ni siquiera los chiíes están unidos, como demostraron los recientes enfrentamientos protagonizados por los seguidores de Al Sáder, contrario a una Constitución que considera impuesta por Estados Unidos. Lo más preocupante, sin embargo, es que, hoy por hoy, esta Constitución de poco sirve para resolver los problemas de gobernabilidad y violencia de Irak. Y mientras en el papel se reparte el poder, en la calle son las diversas milicias las que imponen su ley armada.

Realidad virtual

Gazeta Wyborcza, de Varsonia, comenta: "El presidente estadounidense, George W. Bush, había anunciado que la Constitución iraquí marcaría un nuevo comienzo en el Medio Oriente. Por desgracia, de momento ni siquiera es seguro que la Constitución llegue a constituir un avance decisivo en el propio Irak. Fue gestada en la 'zona verde', aquel centro de Bagdad rodeado por las barricadas estadounidenses que tiene cada vez menos en común con el resto del país. En la 'zona verde' triunfa la democracia, fuera de ella campea la miseria, la injusticia, el terror y la muerte. Peor aún: incluso en esta realidad virtual el triunfo es dudoso. Los políticos sunitas ya demandan el rechazo de la Constitución en el referéndum."

La decisión sunita

El Tagesspiegel, de Berlín, señala: "La nueva Constitución no instaura la teocracia. (...) Lo decisivo será la composición del Tribunal Constitucional iraquí. Al respecto, la Constitución sólo dice que los futuros magistrados deberán ser expertos en Derecho y en la Sharía. Del ambiente político y social dependerá en gran medida cuál de los marcos legales terminará por imponerse. (...) Los elementos federativos de la Constitución, que critican los sunitas y que por lo pronto sólo serían aplicados a las provincias kurdas, llegan efectivamente muy lejos. (...) La elite sunita tendrá que decidir ahora si está dispuesta a cometer el mismo error que en las últimas elecciones. Quien se margina, al final queda aislado."