Costa Rica ha votado por el cambio. El candidato opositor de centroizquierda Luis Guillermo Solís arrasó en la segunda vuelta prometiendo combatir frontalmente la corrupción. Además de la corrupción, los retos del nuevo ejecutivo serán combatir la extrema pobreza que sufre una cuarta parte de la población y mejorar la débil infraestructura de costarricense.