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Derrota israelí en la ONU

Emilia Rojas21 de julio de 2004

El embajador de Israel ante la ONU calificó de "vergonzoso" el respaldo europeo a la resolución contra el cerco defensivo, poniendo en duda las posibilidades de Europa de mediar en el conflicto del Medio Oriente.

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La Asamblea General de la ONU demanda la demolición del muro.Imagen: AP

Ningún país de la Unión Europea cuestiona el derecho de Israel a defenderse. Todos condenan por igual los atentados terroristas palestinos, que de tanto en tanto cobran numerosas víctimas entre la población civil. Pero de ahí a aceptar la construcción del muro defensivo con que el gobierno israelí pretende incrementar la seguridad hay un largo trecho. Consecuente ha sido pues la actitud de los europeos de apoyar la resolución aprobada por amplia mayoría en la Asamblea General de la ONU en la que se demanda no sólo el cese de la construcción del cerco, sino incluso la demolición de parte de éste. Una resolución que, en el fondo, no hace más que pedir el cumplimiento del dictamen emitido recientemente por la Corte Internacional de Justicia, en la Haya.

Derrota política

"La UE acepta la posición y la crítica de la Corte Internacional contra el muro israelí. Por eso votamos mancomunadamente a favor de la resolución", indicó el embajador holandés, Dirk Jan, como portavoz de la Unión Europea. Los países miembros no se tomaron el asunto a la ligera. De hecho, su decisión estuvo precedida de arduas negociaciones con los países árabes, en el curso de las cuales consiguieron introducir varia enmienda a la resolución, que finalmente hizo mención expresa del derecho israelí a la autodefensa.

No obstante, la decisión europea significó una sensible derrota para Israel, que intentó hasta el último momento inducir a la UE por lo menos a abstenerse. No es que el gobierno israelí se sienta obligado ahora cumplir las demandas de la Asamblea General. De hecho, ya ha anunciado que seguirá adelante con la construcción del cerco. Por lo demás, no es la primera vez que Israel pasa por alto una resolución de la ONU, sin más. Lo grave para el equipo de Ariel Sharon es que no logró el objetivo de restar peso político al pronunciamiento de las Naciones Unidas, convenciendo a sus aliados europeos de no votar contra el cerco.

Israels UN Botschafter Dan Gillerman und syrische Flagge
Dan Gillerman, embajador de Israel ante la ONU.Imagen: AP

El voto alemán

Los europeos actuaron en bloque. Incluso Alemania, que en materias que afecta a Israel suele abstenerse, se sumó esta vez a sus socios de la UE. Entre las pocas excepciones a este proceder se cuentan el apoyo germano a una resolución de noviembre de 1997, en que se condenó la política israelí de asentamientos en la Cisjordania y Jerusalén oriental y se calificó a Israel de "fuerza de ocupación".

La política alemana se ha regido siempre por el principio de evitar tomar partido en el conflicto del Medio Oriente y mantener una posición muy cuidadosa, en virtud del carácter especial de sus relaciones con Israel. Nada ha cambiado al respecto. Porque el voto alemán no implica abandonar la imparcialidad, sino sólo reforzar la convicción de que debe respetarse el derecho internacional. Y, en ese campo, el pronunciamiento de la Corte Internacional de La Haya fue muy claro: el cerco israelí no cumple con sus preceptos.