El quechua no es solo un idioma: es cultura, identidad y una forma de entender el mundo. Así lo afirman Hilda Cañari Loaiza, docente de Educación Intercultural Bilingüe, y Abel Ancalle Puma, traductor e intérprete.
Ambos defienden el derecho de los niños a recibir educación en su lengua materna, clave para preservar el conocimiento ancestral. En Perú, donde se hablan 48 lenguas originarias, el quechua es la más difundida, incluso en zonas urbanas como Lima.
Hilda explica que existen escuelas bilingües en dos modalidades: para hablantes nativos y para quienes buscan revitalizar el idioma. Abel destaca que enseñar desde el quechua fortalece la identidad de los jóvenes y permite rescatar saberes locales.
Pese a leyes y programas que promueven su uso, aún falta compromiso estatal. Para ambos, el quechua encierra una cosmovisión única que merece ser valorada y transmitida con orgullo a las nuevas generaciones.