Decepción total
5 de noviembre de 2002Hablar de un desencanto sería demasiado ya que nunca hubo un "encanto". Según una encuesta realizada por la empresa Infratest, el 84% de los alemanes se siente defraudado por el gobierno de Schröder. Encuentran que el canciller les engañó al no advertir antes de las elecciones que iba a subir los impuestos una vez reelegido.
Schröder podrá soportar la mala nueva y consolarse con la experiencia común de todos los políticos: Después de elecciones generales los votantes siempre se sienten defraudados y las cifras de popularidad caen debido a los supuestos engaños del candidato victorioso.
Pero otra encuesta deberá preocupar más a canciller socialdemócrata. Según el instituto de estudios demoscopicos Emnid, el porcentaje de apoyo cayó en más de tres puntos, para cifrándose en sólo 35%. La oposición conservadora resucitó sorprendentemente y alcanza un apoyo de 43%, casi 5 puntos más que en las elecciones de hace apenas 6 semanas.
Estos resultados significan el mayor declive para un gobierno alemán desde la Segunda Guerra Mundial.
Problemas de siempre
Según los analistas alemanes, los titulares de la prensa se van acercando de nuevo al "período negativo" previo al surgimento de los temas excepcionales que fueron el debate sobre Irak y las inundaciones en el este de Alemania. Temas con los que el canciller alemán supo desviar la atención de los problemas candentes del país y ganar con una mayoría mínima las elecciones.
Los titulares que ahora dominan de nuevo la prensa alemana son los mismos de siempre: el alto desempleo, el estancamiento económico, el déficit presupuestario que violará el Pacto de Estabilidad de la Comunidad Europa.
Schröder acorralado
A estos problemas candentes se suman nuevos desafíos. Las asociaciones del sector de la salud preparan acciones conjuntas contra los planes del ejecutivo para congelar el salario de los médicos. Las relaciones con los EE.UU. siguen tensas y el Partido Verde, socio minoritario del gobierno del Gerhard Schroeder, se opone a los planes de los socialdemócratas para elevar parte de las contribuciones a la Seguridad Social.
La ola de protestas y criticas al gobierno del canciller crece. Según la opinión de los analistas y de la mayoría de los alemanes, su programa económico no contribuirá a solucionar los problemas económicos del país.