Chile lidera la producción mundial de cobre, México la de plata y Venezuela tiene las mayores reservas de petróleo conocidas. La región nada en la abundancia en cuanto a materias primas, pero esto rara vez se traduce en desarrollo y prosperidad para los países. Además, genera daños ambientales, conflictos sociales y desigualdad económica.
Los expertos hablan de una “maldición de los recursos” que popularmente se atribuye al pasado colonial. Sin embargo, esta afirmación no es del todo cierta, ya que la región sigue estancada incluso siglos después.
Una mejor diversificación de los recursos, la lucha contra la corrupción política y avances democráticos -con la participación de las comunidades indígenas y los ambientalistas- podrían mejorar esta situación.