Cuestión de credibilidad
12 de mayo de 2003El Financial Times, en su edición alemana, destaca que el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, debe persuadir a la región de las virtudes de plan de paz y puntualiza: "Para que esa misión pueda tener éxito, tiene que convencer primero a sus interlocutores árabes de que Washington ha modificado sustancialmente su postura en lo tocante al conflicto del Medio Oriente. Los árabes sólo aceptarán el plan de paz cuando crean que Estados Unidos está dispuesto a asumir el papel de un intermediario justo, en lugar de actuar como un incondicional aliado de Israel. Por eso, ha llegado el momento de que los norteamericanos exijan concesiones a los israelíes. Entre ellas se cuenta la retirada de los militares de los territorios palestinos y el cese de la construcción de asentamientos israelíes. En contrapartida, Powell puede esperar que Mahmud Abbas, el nuevo primer ministro palestino, combata efectivamente el terrorismo en su propio bando".
¿Presión sobre Israel?
Semejante es el tenor del comentario que publica el periódico Süddeutsche Zeitung, de Munich, que sin embargo se muestra bastante escéptico: "Sólo ejerciendo presión sobre Israel, en esta fase del extraviado proceso de paz, podría Washington recuperar una parte de la credibilidad que dilapidó no en último término debido a la guerra contra Irak. Sin embargo, no es probable que el presidente Bush esté dispuesto a dar semejante vuelco en su política".
Sharon y los halcones
El periódico francés La Charente Libre expresa también una opinión pesimista, debido a la actitud israelí. "Colin Powell sabe que una solución justa del conflicto palestino-israelí resulta imprescindible para restaurar la credibilidad de Washington en el mundo árabe. Los otros miembros del ‘Cuarteto’ del Medio Oriente (La Unión Europea, Rusia y la ONU) creen que el itinerario de paz da a la diplomacia internacional la posibilidad de volver a actuar. Europa y las Naciones Unidas podrían asumir un papel concreto en este contexto. Pero el viaje de Powell también ha demostrado otra cosa: bajo presión, los palestinos están dispuestos a negociar y dejan a Yasser Arafat fuera de juego. En cambio, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, apuesta por el respaldo de los halcones de la Casa Blanca para sepultar el plan de paz. Las concesiones palestinas podrían diluirse. Y, en tal caso, no quedaría más que otra serie de esfuerzos diplomáticos infructuosos.
El que no arriesga, no gana
En Viena, el rotativo Die Presse subraya la importancia del papel de Estados Unidos en los intentos de desempantanar el proceso de paz. "Al intervenir -por fin- más activamente en el conflicto del Medio Oriente, el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, da por lo menos una señal de que el gobierno de Bush está decidido a enfrentar el problema seriamente. Ahora no debe cejar en el empeño de comprometer tanto a los israelíes como a los palestinos con los esfuerzos de paz, y no podrá evitar tener que ejercer presión sobre el primer ministro de Israel, Ariel Sharon. Si lo hace, podría cosechar buenos resultados. El que no arriesga, no gana".