Cuenta atrás para el Mundial
9 de junio de 2005
Tan sólo queda un año y "como ejemplo de sociedad abierta y moderna, las puertas y ventanas de Alemania están abiertas a todo el mundo". Así lo afirmó el ministro del Interior Otto Schily. "Los estadios están preparados y la infraestructura ya está lista. No hay ningún problema", apuntilló Franz Beckenbauer, presidente del Comité Organizador.
Joseph Blatter, director de la FIFA, apoyó también a los anfitriones describiendo el Mundial Alemania 2006 como la gran fiesta del fútbol. Un doble pase simbólico entre Beckenbauer y Blatter abrió en Munich la cuenta atrás para el Campeonato del Mundo, todavía 365 días. El encargado de iniciar el juego fue la mascota oficial Goleo y el acto contó con la presencia de numerosas personalidades de la política, el deporte y la cultura.
También en Berlín se inició la cuenta atrás donde la ciudad y la empresa Casio instalaron un gigantesco reloj de más de dos metros de alto y una pantalla de 8 metros cuadrados en la Calle del 17 de Junio. El reloj será el primero de los ocho planeados en toda Alemania y comenzó a funcionar en el momento justo en que empezara el Mundial.
Al gusto del visitante
Un evento de tal envergadura no es para menos. Millones invertidos en infraestructuras se encargaran de halagar a la gran cantidad de visitantes. Se esperan en total 3 millones de espectadores, de los cuales la tercera parte viene del exterior. La organización cuenta además con otros tantos miles procedentes de países vecinos para apoyar simplemente a sus selecciones, aunque sea desde fuera del campo, y así garantizar la fiesta del fútbol.
Como nación organizada, el comité también ofrece alicientes para estos últimos. 1.500 millones de euros garantizarán la diversión al visitante con fiestas y pantallas alrededor de los 12 estadios de las ciudades sede. También para ellos disfrutarán de la visita aprovechando el programa cultural con un presupuesto de 30 millones de euros.
Mundial millonario
Será la segunda vez que Alemania organiza la Copa del Mundo y el Gobierno está destinando partidas presupuestarias millonarias. Pero los expertos cuentan con que esta vez sea más rentable que la de 1974. Tan sólo a causa del evento, el producto interior bruto alemán podría subir un 1%, que se verá materializado sobre todo en la industria turística y los ingresos de la FIFA y los patrocinadores. La organización cuenta con un presupuesto de 430 millones de euros y espera que sus cuentas terminen por lo menos en números positivos.
Pese a la esencia del deporte, tantos millones de beneficios podrían derivar en una sobre comercialización de la Copa del Mundo. Pero una cosa es segura: con propios y extraños, la fiesta del fútbol no fallará en toda la nación.