Crisis en Hungría
19 de septiembre de 2006Esta vez las protestas fueron pacíficas, por lo menos al inicio. Miles de manifestantes corearon lemas contra el Gobierno y ondearon banderas húngaras en la plaza frente al Parlamento, custodiado por cientos de policías.
En un improvisado escenario al que podía subir quien quisiera hacer uso de la palabra, varias personas pidieron la restauración de la monarquía. ¡Ayúdanos Europa!, se leía en una pancarta en la plaza.
Durante la noche anterior se produjeron en la capital húngara fuertes disturbios que dejaron un saldo de 150 heridos. Los manifestantes exigían la dimisión del primer ministro, Ferenc Gyurcsany, que reconoció haber mentido para mantenerse en el poder.
Grabación clandestina
Fueron los disturbios más violentos desde hace décadas en Budapest que fueron detonados por las declaraciones del primer ministro Ferenc Gyurcsany, captadas en una grabación que fue filtrada el domingo a los medios. En ella el jefe de gobierno reconoció que él y su Partido Socialista mintieron sobre el presupuesto para ganar las elecciones de abril. Las declaraciones del jefe de gobierno sazonadas con insultos desataron la ira popular.
"Obviamente hemos mentido durante los últimos dos años. Está claro que lo que lo que estábamos diciendo no era cierto, dice Gyurcsany en la cinta y añade: "No hemos hecho nada durante los últimos cuatro años. No puedo mencionar una sola medida política de la cual podamos estar orgullosos, aparte de sacar finalmente de la mierda al gobierno", señala. La grabación supuestamente fue grabada el pasado 26 de mayo, un mes después de resultar electa la coalición del actual gobierno.
Ira popular
Manifestantes enfurecidos reclamaron la renuncia del jefe de gobierno, a ellos se sumaron varios cientos de ultraderechistas y hooligans que atacaron y ocuparon el edificio de la televisión estatal obligando a interrumpir las transmisiones de sus dos canales públicos. La muchedumbre arrojó piedras y antorchas contra el edificio y también prendió fuego a media docena de vehículos que se encontraban en las inmediaciones, entre ellos un camión hidrante de la policía.
También dañaron un monumento en homenaje a los soldados soviéticos que murieron en Hungría durante la Segunda Guerra Mundial fuente de irritación para algunos derechistas húngaros desde el fin del régimen comunista de 1989. La policía reportó 102 agentes heridos tras los disturbios.
Mentiras para mantenerse en el poder
El primer ministro se negó a renunciar y rechazó la dimisión de su ministro de justicia, Jozsef Petretei, también responsable de la policía, quien presentó su renuncia esta mañana. Gyurcsany propuso que los cinco partidos con representación parlamentaria se reunieran el martes para debatir la situación.
El portavoz de la conservadora Unión de Jóvenes Demócratas, Peter Szijjarto, defendió en forma indirecta las protestas. " La gente está desesperada y enojada después de enterarse de que el gobierno mintió con tal de mantenerse en el poder".
Agencias citan a un alto funcionario de la Unión Europea quien calificó a los canales estatales húngaros como algunos de los peores de Europa, que no tienen independencia financiera y son por ello particularmente vulnerables a la interferencia política.