Cosas con las que no se juega

Sólo unas horas antes de que el árbitro mexicano Benito Archundia diera el pitido inicial al encuentro Alemania vs. Italia, el dueño de un restaurante de Kassel se dio cuenta de que un ladrón le había robado la pantalla gigante en la que pensaba retransmitir el partido y ante la que unas 1.000 personas tenían intención de concentrarse para seguir tan emocionante duelo. Ciertamente, semejante hurto no tiene perdón.

Al final hubo retrasmisión

Después de denunciar lo sucedido ante la policía, el susodicho dueño del restaurante y de la desaparecida pantalla se apresuró a comprar una nueva para que su local no apareciera tristemente vacío en una tarde en la que se prometía tan buena caja.

Y es que estos días en Alemania todo bar que se precie, y aunque no se precie demasiado, tiene una televisión con la que seguir los partidos de la selección alemana. Porque estos días en Alemania, la vida es fútbol y cada jornada sin balompié es como un agujero negro. Porque estos días en Alemania, nadie quiere perderse ni un minuto de juego de este equipo que a todos enamora.

Así que tarjeta roja para un ladrón con muy malas ideas. Aunque, quizás, solamente quisiera ver el partido. En pantalla grande.