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Confusión tras baño de sangre en Bagdad

20 de agosto de 2009

Con consternación han reaccionado el Consejo de Seguridad de la ONU y la Unión Europea a serie de atentados en Bagdad, que costaron la vida a más de 90 personas y dejaron unos mil heridos y un país confuso y en shock.

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Bomberos en acción luego de los masivos atentados con bombas en Bagdad.Imagen: AP

"Miembros del Consejo de Seguridad condenaron en los términos más severos las series de ataques en Bagdad, y manifestaron sus profundas condolencias a las familias de las víctimas y reafirmaron su apoyo al pueblo y al gobierno de Irak y su compromiso con la seguridad de Irak", dijo el embajador británico ante la ONU, John Sawers, presidente del Consejo.

También la Comisión de la Unión Europea lamentó la “enorme pérdida de vidas humanas” y manifestó su solidaridad con las familias afectadas. El ministro alemán de RR. EE., Frank-Walter Steinmeier, condenó severamente los atentados. En Berlín dijo que no es la violencia, sino el diálogo y la reconciliación lo que puede llevar a un mejoramiento de la situación.

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La imagen da una idea del poder de la detonación ante el ministerio de RR. EE., en Bagdad.Imagen: AP

Pero los autores de los atentados no entienden alemán. La primera detonación tuvo lugar en el ministerio de Hacienda, en el norte de la capital de Irak, a las diez de la mañana hora local. Fue una enorme explosión que se oyó a varios kilómetros de distancia. Algunos minutos después estalló una segunda bomba, esta vez delante del ministerio de Relaciones Exteriores, en los márgenes de la zona verde de seguridad.

Allí mueren docenas de personas. La onda de choque llega hasta el Parlamento, donde estallan vidrios. Diputados y miembros del gabinete experimentan la inseguridad a flor de piel.

Cuando se escucha la explosión, en el pleno un diputado habla de respeto mutuo, necesario para entenderse. Para así no lo entienden los extremistas.


La fecha no fue casualidad

Simultáneamente caen sobre diversos puntos de la ciudad varias granadas de mortero. El general del Ejército Qassim Atta admite en la televisión que fueron violadas medidas de seguridad: “Estamos investigando cómo los autores de los atentados pudieron llegar hasta lugares tan sensibles”. En el ínterin, las autoridades en Bagdad han detenido a diez funcionarios de seguridad, acusados de no haber respetado las normas de seguridad.

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Devastadoras consecuencias del atentado ante el ministerio de Hacienda, Bagdad.Imagen: ap

Los atentados fueron llevados a cabo en forma coordinada y la fecha no fue casualidad: justamente el 19 de agosto de hace seis años, una bomba escondida en un auto destruyó el cuartel general de las Naciones Unidas en Bagdad, matando a 22 personas. La ONU abandonó entonces Irak y controla hasta hoy una gran parte de sus programas de ayuda para Irak desde Ammán, la capital de Jordania.

El primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, dijo hoy que los ataques con bomba fueron una "respuesta vengativa" por parte de Al Qaeda a los planes del Gobierno para remover dentro de 40 días la mayor parte de los muros de concreto de la ciudad, en un esfuerzo para devolver la normalidad a las calles de la ciudad.

El plan de remover los muros es una muestra de confianza de parte de las fuerzas iraquíes después de que las tropas estadounidenses se retiraran de los centros urbanos y ciudades en junio, preparando un completo retiro del país para el 2012 establecido bajo un acuerdo bilateral.

¿Consecuencia de rivalidades políticas internas?

Sin embargo, muchos iraquíes ven la causa en rivalidades políticas internas a medida que se acercan las elecciones parlamentarias. "Es una consecuencia de la negligencia de las fuerzas de seguridad", manifestó el diputado opositor chiita Seinab al-Kanani. "Los Ministerios del Interior y Defensa deberían revisar sus planes". Hasta ahora nadie ha asumido la autoría de los ataques. Las autoridades apuntan también a redes del entorno del proscrito Partido Baath, de Saddam Hussein.

La serie de atentados en Bagdad arroja nuevamente la duda de si las fuerzas de seguridad iraquíes están en condiciones de asegurar la tranquilidad y el orden. A fines de junio, la mayoría de los soldados norteamericanos abandonaron las ciudades, tal como lo acordaron Washington y Bagdad. Los iraquíes deben cerrar filas contra los violentos y sus inspiradores en el exterior, dice el diputado iraquí Hussam Izzawi: “Debemos terminar con toda injerencia desde el exterior. Debemos unir Irak a través de un intenso diálogo nacional sin discriminación”.

Pero no se puede afirmar que la violencia haya aumentado después de la retirada de los soldados estadounidenses de las ciudades. En efecto, el mes anterior a su repliegue fue el más sangriento desde hacía mucho tiempo. En las cuatro semanas posteriores, el número de víctimas de la violencia se redujo en un tercio, a 275, de acuerdo con cifras oficiales.

Autor: Pablo Kummetz

Editor: Claudia Herrera Pahl