Conferencia Internacional del Algodón: una fibra sensible
24 de marzo de 2010Pese a la recesión, cuyos embates todavía se sienten en el comercio del algodón y la industria de los textiles, los organizadores de la trigésima Conferencia Internacional del Algodón cuentan con que aproximadamente 500 visitantes provenientes de 40 países vendrán al evento que se inaugurará este miércoles (24.3.2010) en Bremen. El momento es propicio para hacer un balance; esta es la primera edición de la conferencia desde que estalló la crisis financiera.
Realizado por primera vez en 1957 –entonces, el foro tenía un carácter meramente científico y era usado para discutir sobre nuevas técnicas para evaluar y procesar la valiosa materia prima– y celebrado de manera continua desde la década de los sesenta, este encuentro bienal se ha erigido en una de las citas clave tanto para los importadores y exportadores de algodón, como para los productores y consumidores de la fibra derivada de este producto.
Brasil, una presencia difícil de ignorar
La conferencia auspiciada por la Bolsa del Algodón de Bremen –una institución fundada en 1872 por los mercaderes y banqueros de la ciudad hanseática– tendrá lugar hasta este sábado (27.3.2010) en la cámara municipal de la urbe alemana. Allí se tratarán temas que van desde la ingeniería genética, aplicada en este ámbito para alterar la constitución, apariencia y textura de la fibra del algodón –un tópico controversial, sobre todo en la Unión Europea–, hasta aspectos de la producción como la “responsabilidad global” de la industria algodonera.
Brasil es el único país de América Latina presente en la Conferencia Internacional del Algodón; la sola dimensión de su producción algodonera –500 millones de toneladas en 2009– lo han convertido en el más importante exportador de la región. “Y eso se refleja en el número de sus representantes en este evento: la delegación brasileña está conformada por más de veinte personas”, dijo Jan B. Wellmann, gerente y director de la Bolsa del Algodón de Bremen, a Deutsche Welle.
¿Dónde quedó el resto de Latinoamérica?
Pero, ¿dónde quedaron productores latinoamericanos como Perú, en donde se ha cosechado el algodón desde hace milenios y cuyo suelo sigue siendo uno de los pocos que permiten cultivar la planta durante todo el año? “Perú ya no juega un rol importante en este ámbito”, explica Wellmann. “Lo que se produce en los otros países latinoamericanos es consumido por sus respectivos mercados internos. Brasil se desmarcó de sus vecinos a principios de este milenio”.
“Paraguay es un exportador digno de ser mencionado, pero el tamaño de su producción es mucho menor que el de la brasileña”, advierte Wellmann. “Argentina consume casi toda la materia prima que produce e importa algodón de Brasil. Por eso el interés sigue girando en torno al gigante de Suramérica”, agrega elogioso el organizador del evento, sin ignorar los peligros que otros gigantes, los de la industria textil, representan para la propia Alemania.
Alemania y los “gigantes”
“Por desgracia, el futuro cercano de Alemania como procesador de algodón no luce nada prometedor”, sostiene Wellmann. “El procesamiento de algodón en Alemania ha ido cayendo de manera continua, como en el resto de Europa. Las instancias que se encargaban de eso en nuestro continente han sido sustituidas por otras directamente en los países que cultivan el algodón, la India y China, que es el más grande productor y consumidor de algodón”.
Los adelantos tecnológicos siguen siendo el tema prioritario de la Conferencia Internacional del Algodón; y es que, cuando de parámetros y pruebas para medir la calidad del algodón se trata, los científicos siempre están generando novedades. No obstante, sus organizadores se han esmerado en diversificar el programa para atender también los intereses y preocupaciones de la opinión pública. “Sobre el tópico del algodón orgánico y transgénico se discute mucho actualmente, en parte gracias al escándalo alrededor del algodón indio que recibió una falsa certificación”, comenta Wellmann.
Asuntos pendientes
“Nuestro aporte a las discusiones con base científica no consiste en abordar temas desde una perspectiva predeterminada, sino en tratarlos lo más neutralmente posible. El asunto del algodón transgénico es complejo porque el 70 por ciento del algodón producido en el mundo es fruto de la ingeniería genética; en algunos países la proporción de algodón transgénico es de hasta un 90 por ciento. Pero eso se estigmatiza en Europa, en donde esa materia prima es descrita como ‘contaminada genéticamente' ”, cuenta el director de la Bolsa del Algodón de Bremen.
“El tema de la responsabilidad global será tratado cuando se discuta sobre las subvenciones”, anuncia Wellmann, refiriéndose a un asunto que incumbe a los 80 países del mundo que producen esta materia prima. “Este es un problema para los países más pobres porque su algodón no puede competir en el mercado con el que producen y subvencionan países como Estados Unidos y Australia”.
Discutiendo con base científica
“Nuestra labor consiste, por ejemplo, en preguntar qué es lo bueno y qué es lo malo del algodón transgénico para poder discutir al respecto sobre una base científica”, insiste. “Lo mismo ocurre con el debate en torno a la cantidad de agua utilizada para producir una camiseta y a la polémica de las subvenciones. Esos temas son discutidos en esta conferencia porque han adquirido relevancia en la esfera pública también”, explica Wellmann y subraya: “nosotros nos esforzamos en distanciarnos un poco de los temas estrictamente científicos para abordar asuntos de interés público”.
Autor: Evan Romero-Castillo
Editor: José Ospina Valencia