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Como en tiempos de Saddam

3 de mayo de 2004

Las denuncias de torturas cometidas por los soldados estadounidenses y británicos en Irak siguen provocando repudio en la prensa europea, que analiza en sus editoriales las consecuencias de estos hechos.

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Denuncias de tortura restan autoridad moral a Washington y Londres.Imagen: AP

En Londres, el periódico The Guardian comenta: "Cualquiera sea el origen de las fotos, el daño ya está hecho. Podría ser cierto que se trate sólo de casos aislados, como sostiene el gobierno de Londres. Pero, aun así, demuestran los peligros que surgen cuando se emplea un ejército para mantener la paz. Es una función para la que los soldados no han sido preparados. La coalición que participó en la guerra ya había perdido uno de los principales argumentos para justificar el conflicto. Ahora también está perdiendo la justificación moral y humanitaria".

Peor que los atentados

En Holanda, el rotativo Algemeen Dagblad comparte esa apreciación y considera que las denuncias de maltrato de prisioneros iraquíes perjudican a las fuerzas de ocupación más que todos los atentados juntos. "A Bush y Blair sólo les quedaba una especie de justificación moral. Ya no era lo esencial si Saddam Hussein poseía o no en realidad armas de exterminio masivo. Se decía que era mucho más importante el hecho de que los iraquíes habían sido liberados de un terrible dictador; que muchos se sentían, si no agradecidos, al menos aliviados por el derrocamiento de Saddam; que, a cambio de ello, estaban dispuestos a aceptar la presencia de las tropas de la coalición. Ahora cabe temer que esa actitud cambie, dado que queda en evidencia que algunos soldados estadounidenses y británicos están en condiciones de realizar actos que la gente sólo relaciona con regímenes como el de Saddam Hussein."

La decadencia de Occidente

La edición alemana del Financial Times califica lo ocurrido derechamente de "catástrofe" y apunta: "Los brutales actos sacados a la luz pública por la cadena estadounidense CBS constituyen graves violaciones de los derechos humanos. Para Estados Unidos y sus aliados son, además, un desastre político, cuyas dimensiones no pueden subestimarse. Los maltratos de prisioneros han dañado en lo medular lo que les quedaba de autoridad moral. Igual da cuán consternados reaccionen los representantes del gobierno estadounidense y sus colegas británicos; como defensores de la democracia, sólo serán objeto de burla en el futuro. Las imágenes de las torturas son una catástrofe, sobre todo para la relación con el mundo árabe. (...) Ahora, los fundamentalistas islámicos y otros que se oponen a la ocupación disponen también de imágenes, que dicen más que mil palabras. ¿Qué podría ilustrar mejor la decadencia de Occidente?"

Las causas de fondo

El matutino austríaco Salzburger Nachrichten cree ver en los maltratos una conducta sistemática y opina: "Posiblemente haya que buscar la responsabilidad por tales casos más arriba. Ciertos círculos políticos de Washington repudian el derecho internacional vigente, desprecian a la ONU y consideran 'exageradas' las disposiciones de la Convención de Ginebra sobre el trato que debe darse a los prisioneros de guerra. El gobierno estadounidense se niega sostenidamente a permitir un mínimo de apoyo jurídico a los prisioneros de Guantánamo. La fundamentación sería que los que combaten fuera de la ley no tienen derecho a nada."