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Berlín recibe a Bush entre aplausos y abucheos

Una vez más se vieron confrontadas las posturas de aquellos que propugnan una “solidaridad irrestricta” con Washington y los críticos a la gestión del Presidente estadounidense.

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Manifestantes portan un lienzo contra la política de Bush, en vísperas de la llegada del Presidente estadounidense a Berlín.Imagen: AP

La visita de George Bush a Berlín, volvió a polarizar la escena política alemana. Ya en vísperas de su arribo, la capital alemana fue escenario de manifestaciones convocadas por el "Eje de la Paz", que agrupa a 240 organizaciones. De poco sirvieron las exhortaciones del gobierno a recordar el papel crucial que desempeñó Estados Unidos para lograr la reunificación de Alemania y, en particular, de Berlín.

Tampoco surtieron mayores efectos las advertencias del ministro de Relaciones Exteriores, Joschka Fischer, en cuanto a las imágenes anti-estadounidenses que darían la vuelta al mundo: miles de personas se dieron cita en la capital para protestar contra la política de la Casa Blanca. Las manifestaciones transcurrieron mayormente en forma pacífica.

Las críticas contra Washington

En concreto, grupos pacifistas y contrarios a la globalización acusan a Washington de utilizar su derecho a la defensa tras los atentados del 11 de septiembre, como pretexto para librar una guerra. Señalan que el objetivo de Estados Unidos es crear un orden mundial en el cual una minoría acapara todos los recursos, mientras se despoja a la mayoría de sus bases de existencia.

Los organizadores de las manifestaciones rechazaron sin embargo desde un comienzo los reproches de antiamericanismo, calificándolos de absurdos.

"Protestamos contra una política determinada", destacó un representante del "Eje de la Paz". Su portavoz, Rainer Braun, resumió así su posición: "Rechazamos el unilateralismo de la política estadounidense y planteamos la necesidad de retomar una política multilateral, internacional y de cooperación. Esto vale tanto para el campo de la política exterior y de seguridad, como para el de la ecología y la globalización".

Divergencias puntuales

El gobierno, en tanto, se encargó de destacar la importancia de las relaciones transatlánticas ante el trasfondo de los conflictos internacionales actuales. Al mismo tiempo, se negó a interpretar las manifestaciones como un signo de que el país da la espalda a Washington.

En vísperas de la llegada de Bush, el canciller Gerhard Schröder volvió a subrayar que Alemania seguirá manteniendo su política de solidaridad irrestricta con Estados Unidos, si bien ello no impide que se pueda tener opiniones distintas en algún punto concreto.

Tales divergencias puntuales existen de hecho dentro de la propia coalición de socialdemócratas y verdes. Y para algunos parlamentarios resultan tan relevantes, que también decidieron tomar parte en las manifestaciones. La propia jefa del partido de Los Verdes, Claudia Rooth, defendió las protestas pacíficas, puntualizando que la solidaridad crítica es signo de una buena amistad.