Banco Mundial: La solución está en Johannesburgo
21 de agosto de 2002En los próximos 50 años la economía mundial podría cuadruplicarse y registrarse asimismo un visible retroceso de la pobreza, siempre y cuando los gobiernos apliquen medidas contra la dramática explotación de la naturaleza y las crecientes injusticias sociales. Este es el mensaje del Banco Mundial a los participantes de la próxima Cumbre del Desarrollo Sostenible a efectuarse en Sudáfrica a partir del próximo 26 de agosto.
Ian Johnson, vicepresidente del Banco Mundial, indicó que no se logrará un desarrollo sostenible si continúan imperando los actuales desequilibrios. En primer lugar debería ponerse fin al desequilibrio en los ingresos. Actualmente el 20% de la población mundial concentra el 80% de la riqueza lo que impide cualquier tipo de desarrollo sostenible.
Confianza: la llave del desarrollo
En las últimas décadas la desigualdad en el reparto de bienes y la aplicación de estrategias políticas equivocadas han desembocado en la explotación desmedida de la naturaleza y consiguientes catástrofes ecológicas; el crecimiento de la pobreza y el hambre y esto a su vez en guerras civiles y migración a gran escala. Resulta más importante que nunca tratar de incrementar la confianza, que es tanto un valor social como económico. Sin confianza no se pueden concretar negocios, que son la base del bienestar a nivel más amplio, según se indica en el Informe sobre el Desarrollo Mundial.
El segundo nivel para lograr el equilibrio es incrementar la convicción de que se requiere una administración económica justa, es decir, justicia económica. Lo mismo en el caso de una administración justa de la ecología y también la administración justa de factores sociales. Sólo así se logrará la construcción de un mundo equilibrado que asegure a las nuevas generaciones un futuro seguro.
Exhortación a cooperar
El Informe sobre el Desarrollo Mundial es un exhortación general a cooperar. Los países en vías de desarrollo deben exigir, según el reporte, mayor democracia y transparencia, así como mayor ingerencia en los procesos de decisión. Las naciones más ricas por su parte, deben prestar mayor apoyo financiero y condonar parte de sus deudas a las naciones más pobres, abrir sus mercados para los productos de estos países y además abastecerlos con medicamentos asequibles y con tecnología que permita el ahorro de energía y el fortalecimiento de la producción ecológica.
En Johannesburgo existe la oportunidad de lograr acuerdos contrayentes al respecto. Se trata de responder a la pregunta de cómo se puede desarrollar instituciones, crear mercados y definir políticas y visiones para alcanzar estas metas de forma efectiva.