Avioneta mantuvo a Fráncfort sobre ascuas
5 de enero de 2003Las autoridades descartaron rápidamente que se tratase de una amenaza terrorista. Pero desde el 11 de septiembre del 2001 los nervios están a flor de piel. Y la posibilidad de que una avioneta deportiva se estrellara contra alguno de los rascacielos de Fráncfort o contra las instalaciones del aeropuerto internacional, provocó una amplia movilización policial. La sede del Banco Central Europeo y otros edificios fueron evacuados, y el tráfico aéreo quedó suspendido por aproximadamente dos horas, como medida precautoria.
Dos helicópteros policiales entraron en acción para forzar a aterrizar al piloto. También dos aviones caza de la Fuerza Aérea despegaron para velar por la seguridad del espacio aéreo. Tras casi dos horas de tensión, la avioneta aterrizó finalmente y el hombre, identificado por algunos medios como Franz-Stefan Strammbach, fue detenido de inmediato por la policía.
Los móviles de un perturbado
El protagonista del incidente que mantuvo a la metrópoli bancaria alemana sobre ascuas, a todas luces perturbado, se había apoderado de la avioneta en un pequeño aeropuerto cercano, amenazando a los encargados con un arma de fuego. Durante su vuelo sobre Fráncfort, explicó a un canal de televisión que su propósito era lograr que el mundo recordara a la astronauta Judith Resnik, una de las víctimas de la tragedia del transbordador espacial Challenger, que explotó en 1986.
El incidente no pasó a mayores. Pero recordó una vez más el peligro que supone una nave aérea en poder de un enajenado o un extremista suicida. Ciertamente, una avioneta deportiva no puede causar un daño comparable al provocado por aviones de pasajeros como los que se estrellaron contra el World Trade Center. Aún así, incidentes como éste ponen a prueba los mecanismos de seguridad.
Caso con precedentes
Por lo demás no es el primer caso de esta naturaleza ocurrido en el último tiempo en el mundo. El 6 de enero del año pasado, Charles Bishop, de 15 años de edad, se estrelló con una avioneta robada contra el edificio del Bank of America, en Tampa, Florida. Aunque el adolescente manifestó en una nota simpatizar con Osama Bin Laden, la policía descartó un trasfondo terrorista. Bishop fue la única víctima.
Meses más tarde, el 18 de abril, Luigi Fasulo, de 67 años, chocó con su pequeño avión contra la torre de Pirelli, en Milán. Tampoco en este caso se trató de un atentado y, a lo sumo, se especula que Fasulo puede haber tenido intenciones suicidas. El accidente costó la vida al piloto y a dos mujeres que trabajaban en sus oficinas.