Austria: victoria conservadora, pero democrática
25 de noviembre de 2002Europa respira aliviada. Aunque el fantasma de una consolidación de la extrema derecha en los parlamentos del Viejo Continente siga dando señales de vida, como en las pasadas elecciones generales de Francia o en los Países Bajos, el revés sufrido el domingo pasado en Austria, parece más que simbólico.
Contra la inmigración, contra Europa
Hace tres años la fórmula populista y de extrema derecha con lemas simples en contra de la presunta "amenaza" de la inmigración y la "pérdida de identidad nacional" por la profundización de la integración europea, fueron la fórmula que le depararon al partido que nacional-liberal (FPÖ) y a su carismático líder, Jörg Haider, un 27% de los votos, la mayor victoria en Europa de una partido de extrema derecha.
El pragmatismo político del partido conservador ÖVP, del canciller austríaco Wolfgang Schüssel, pesó más que las protestas internacionales contra los postulados de Haider, y en el 2000 entró en el gobierno de Viena, despertando un reproche internacional aun más grande.
Pero aparentemente la fórmula ya no funciona. Las urnas sorprendieron a todos. Desde los encuestas y sus sofisticadas mediciones, hasta los más respetados analistas políticos no imaginaban un resultado, que aunque confirmando a los conservadores como la principal fuerza política de Austria, desterraron a los extremistas a un segundo plano. EL populismo miope de derecha ya no es alternativa y Haider perdió dos terceras partes de su electorado, apenas superando el 10% de los votos.
Se salva la coalición de centro derecha
Pero la pérdida estrepitosa del Partido Liberal, no significa necesariamente un cambio del rumbo político. El ya gobernante ÖVP que permitió la entrada de los correligionarios de Haider, logró con 42% su mejor resultado en más de 30 años y puede ahora dictar con mayor libertad la conformación del nuevo gobierno que seguirá siendo encabezado por Wolfgang Schüssel.
En segundo lugar, aunque a una distancia segura, le siguen los socialdemócratas con 37% y los Verdes con 9%, el menos partido del Parlamento. Este resultado parece tener una relación con el actual debate en Alemania. Ante un déficit público mucho mayor del anunciado antes de las elecciones de septiembre y pocas perspectivas de una rápida recuperación económica y del empleo, el Gobierno conformado por una coalición entre socialdemócratas y verdes sufre el ataque más severo que se recuerda en la Alemania de posguerra.
Gana la democracia
Con su mayoría relativa, los conservadores austríacos deben ahora emprender las reformas que supuestamente no podían encarar por compartir el con la ultraderecha. Al mismo tiempo los analistas políticos señalan que la victoria de Schüssel se explica por las derrota de Haider. Es decir, el rumbo implícito de su gobierno seguirá defendiendo una línea conservadora.
Durante tres años, el antiguo-nuevo canciller, Wolfgang Schüssel, aguantó pacientemente las provocaciones de su socio populista Jörg Haider y las sanciones políticas de la Unión Europea (UE) por compartir la responsabilidad de gobierno con el FPÖ. A principios del 2000, a instancias de Francia y Bélgica, los 14 socios de la UE rompieron contactos diplomáticos con Viena en protesta contra la coalición con Haider. Pero Schüssel aguantó y la UE levantó las sanciones. El premio cae nuevamente en las manos de Schüssel. Con al retirada de Haider gana la democracia europea.