Publicidad
Se parece al sueño americano. El hijo de una empleada de una fábrica se transformó en multimillonario. En los años cincuenta, Frank Stronach emigró de Austria a Canadá. Comenzó pelando papas, y terminó fundando Magna, un suministrador automotriz con éxito en todo el mundo. A mediados de los noventa, Stronach retornó a Austria. Desde hace poco, el octogenario empresario entró activamente a la política de su país.