Así es el “Hospital para erizos” que está salvando a cientos de animales
Un centro de rescate en Alemania es el hogar temporal de más de cien erizos, una especie en peligro por la pérdida de hábitat. Voluntarios trabajan para que los erizos heridos se recuperen y vuelvan a la naturaleza.
Hogar de erizos en el centro de la ciudad
Ubicada en la ciudad alemana de Wuppertal, la red Igel (erizo) es una de las pocas organizaciones sin fines de lucro del país que se ocupan de erizos enfermos y heridos. Acoge entre 400 y 500 erizos al año y les proporciona comida, medicinas y refugio mientras se recuperan.
Desplazados de su hábitat natural
La especie de erizo autóctona de Alemania es el erizo de pecho marrón. Estos animales habitan originalmente en paisajes abiertos, pero la agricultura y el uso de plaguicidas los empujan a menudo fuera de sus hábitats naturales. Es habitual encontrar grandes poblaciones en los patios traseros o en la periferia de las ciudades, lo que aumenta el riesgo de que se lesionen.
“Hospital” muy concurrido
La fundadora y directora de la red Igel, Monika Thomas, describe el centro de rescate como un "hospital para erizos". Son animales nocturnos; cuando se ve uno durante el día, se puede sospechar que probablemente esté enfermo o hambriento. Diariamente, Thomas recibe entre 10 a 15 llamadas de personas que han visto erizos que podrían necesitar ayuda.
Quietos ante riesgos
A diferencia de otras especies que pueden huir ante un riesgo, los erizos se hacen un ovillo y se quedan quietos cuando se sienten amenazados. Esto no es un problema cuando están en el centro de rescate, pero es peligroso cuando están en la naturaleza o en una carretera muy transitada. "Están a merced de lo que venga", dice Thomas.
Emergencias estacionales
Las lesiones más graves se producen durante el verano. Algunos erizos llegan con heridas causadas por herramientas de jardín o por automóviles. Otros se han caído a una piscina o han sido atacados por perros. Los robots cortacésped son especialmente peligrosos. Los sensores de algunos de ellos no son lo suficientemente eficaces para detectar la presencia de pequeños animales.
Más erizos pequeños en invierno
Se estima que la población de erizos se está reduciendo a un ritmo alarmante. Solo tienen crías una vez al año y menos de la mitad sobreviven a su primer invierno. Las crías de erizo tienen que pesar más de 400 gramos en otoño para superar la hibernación. Cada invierno, el centro de rescate se convierte en un hogar para los pequeños erizos que no han alcanzado ese peso.
"Unidad de cuidados intensivos"
La mayoría de los erizos llegan aquí con heridas en la cabeza, patas o pies, pero un número menor llega también con heridas internas. Éstas son más difíciles de detectar y solo se hacen notar tras observar cómo se comporta el animal después del traumatismo. Ese es el caso de este erizo, al que se le diagnosticó un daño neurológico y se recupera lentamente en la "unidad de cuidados intensivos".
Sin apoyo institucional
Thomas fundó la red Igel en 2005 tras heredar un poco de dinero. Ahora el centro de rescate funciona con donaciones. Actualmente alberga a unos 120 erizos. A veces, los voluntarios están muy ocupados, pues hace poco cerró otro centro de la región. Las donaciones que recibe el centro solo alcanzan para contratar a una persona a tiempo completo. "No tenemos ninguna ayuda municipal", cuenta Thomas.
Listos para volver a casa
Una vez recuperados, los erizos vuelven a la naturaleza. La mayoría de ellos vuelven a los lugares donde fueron encontrados. Cuando eso no es posible, Thomas y su equipo buscan un nuevo lugar en Wuppertal y sus alrededores. Además, cuentan con el apoyo de la gente del lugar. "Les explicamos cómo arreglar su jardín con madera cortada y hojas", para que los erizos puedan protegerse, afirma Thomas.