El primo de Messi trastabilla
31 de octubre de 2009Emanuel Biancucchi, el "primo de Messi" (como no quiere que lo llamen más), necesitó 15 meses para finalmente poder jugar oficialmente con su equipo en Alemania, el 1860 Múnich. Ya lo hizo en dos ocasiones; las opiniones sobré su rendimiento están divididas y ahora tendrá que luchar por un puesto en el equipo.
El segundo fin de semana de octubre Biancucchi por fin supo lo que es estar en una cancha profesional de Alemania, por primera vez pudo jugar con el 1860 en vez de tener que ver los partidos desde la tribuna. El rival del tradicional club de la clase obrera muniquesa, en la jornada 9 del torneo de la segunda división de la Bundesliga, fue el MSV Duisburg; el resultado, una victoria 3-1.
El joven argentino de 21 años abandonó la cancha, sustituido, en el minuto 70, y el público en el estadio Allianz Arena lo despidió de pie con aplausos; al final del partido tanto su entrenador, Ewald Lienen, como sus compañeros, elogiaron la actuación de Biancucchi y coincidieron en decir "este muchacho nos va a ayudar a solucionar nuestros problemas".
Un club en dificultades
Lienen sabe de qué habla, con su equipo en la posición 14 del tablero, a 13 puntos del líder, el objetivo de ascender a la primera división se aleja y la posibilidad de bajar a la tercera división está latente. En el modesto club de Múnich hacen falta dos cosas: la primera son jugadores de categoría, pero ellos sólo se consiguen con la segunda carencia del 1860, dinero.
"Ema", como cariñosamente llaman a Biancucchi, es un golpe de suerte que ha tardado demasiado en cristalizarse. El juvenil argentino llegó a Alemania como fichaje casi gratis cuando todavía tenía 19 años, en el 2008, pero por problemas de documentación (aún no recibe el pasaporte italiano que le da derecho a ocupar una plaza como europeo) no se le había podido incluir en la plantilla.
El idioma como obstaculo
En los últimos 15 meses "Ema" había jugado dos partidos con el equipo sub-23 del club y los 70 minutos de su debut con los profesionales; el resto del tiempo ha discurrido para él esperando, entrenando, jugando con el computador y haciendo el intento de aprender el idioma alemán, que aún no domina y que es, en opinión de la gente del 1860, su mayor obstáculo para integrarse lo más rápido posible al profesionalismo de la Bundesliga.
"Con nosotros ha aprendido a resistir y defenderse de los ataques del rival, fue grandioso verlo contra Duisburg jugar de una forma tan atrevida; de otra parte, él ya lleva bastante tiempo aquí como para que sepa tan poco alemán, eso tiene que corregirlo" dijo el capitán del 1860, Benny Lauth.
El entrenador Lienen también espera del volante argentino un progreso en su conocimiento del idioma local, por ello, con humor, respondió a la pregunta sobre cuándo será Biancucchi titular en el equipo, diciendo: "cuando él construya y diga en alemán, sin errores, una frase que contenga esa palabra".
El jugador aceptó el reto y anunció que va a acelerar sus estudios de alemán para entenderse mejor con sus compañeros, algo que necesitará urgentemente si quiere volver a jugar en vez de ser condenado a la banca de suplentes, o en el peor de los casos, olvidado.
Oportunidad desaprovechada
La afición en Múnich, la misma que se mostró tan contenta con el debut de Biancucchi, sobre quien la prensa deportiva había dicho "él ha reanimado el juego del 1860", fue testiga de cómo el joven argentino desaprovechó una de las mejores oportunidades de convertirse en ídolo de la tribuna en su segundo encuentro oficial. En la décima fecha del torneo el 1860 visitó al Francfort, Biancucchi fue titular, y perdió 3-2.
Pero lo peor no fue la decepcionante actuación de "Ema", lo más malo fue lo evidente que fue, tanto que el entrenador Lienen lo retiró del campo de juego en el minuto 42 y en el siguiente partido, contra Schalke en la Copa Alemana (derrota 0-3), ni siquiera fue suplente.
La eterna espera del volante juvenil argentino parece no tener fin, lo único constante en su vida parece se la constante lucha contra las expectativas que despierta el ser familiar del mejor futbolista del mundo, Lionel Messi.
Biancucchi ya pidió, harto de que se le reduzca a su vinculo familiar con la estrella internacional, que no lo llamen más "el primo de Messi", o "mini Messi". Su solicitud, por ahora, ha encontrado sólo oídos sordos; para conseguir su propia identidad le faltan aún muchos más partidos, y en ellos tiene que lucir bien.
Autor: Daniel Martínez
Editor: Enrique López