Rocío Méndez es de El Salvador y vive en Berlín. Un día descubrió que su vocación era trabajar con niños. Y quiso abrir su propio kindergarten. Hoy es la directora de Marikita, una guardería infantil situada en el centro de la capital alemana. Es como la casa de una familia, explica Rocío, a donde los niños vienen con gusto a divertirse y a aprender juegos y canciones de otras culturas. Los educadores de Marikita son de otros países de Latinoamérica. Por eso, no es de extrañar que aquí los niños jueguen a la piñata o coman pupusas, empanadas u otras especialidades típicas de países del continente americano. Las familias de los niños están encantadas de que sus hijos crezcan escuchando español en un entorno distinto al alemán. Y Rocío está hoy feliz de saber que lo que antes la avergonzaba un poco -no hablar alemán perfecto- es justamente lo que aprecian muchas madres y muchos padres en Alemania: que hable español con los pequeños.