Las siete cuerdas (y el mate) de un guitarrista errante
Julián Croatto encuentra en su guitarra una conexión con su historia familiar y la migración. En Berlín desarrolló su carrera, combinando su formación clásica con el tango.
En entrevista con Pía Castro, Croatto destacó que su transición al tango fue por la gran escena berlinesa que se vive.
Además dijo que en Alemania se fabrican unas de las mejores guitarras del mundo. Él tiene una pero también una uruguaya que lo acompaña siempre.
Reflexiona sobre su atracción por lo académico y cómo pese a su fuerte arraigo en tradiciones locales, siempre se puede sorprender con nuevas formas de interpretación con su guitarra. Investiga el origen de las obras que interpreta, interactuando con compositores y documentos históricos y Berlín ha sido clave en su crecimiento artístico.
Croatto cuenta que mientras estuvo estudiando y trabajando, tuvo que combinar ambos y tenía incluso que practicar en el transporte público. Eso sí, siempre con su mate en mano, algo típico de los uruguayos.