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Apoyo cauteloso a Turquía

5 de agosto de 2002

Las reformas aprobadas en Turquía, que incluyen la abolición de la pena de muerte en tiempos de paz y más derechos para las minorías, facilitan un acercamiento a la UE. La prensa europea no oculta cierto escepticismo.

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El primer ministro turco, Bulent Ecevit.Imagen: AP

El País, de Madrid, hace notar que todavía quedan escollos por superar para que la UE emprenda negociaciones con Ankara, como el problema de Chipre y el papel de las Fuerzas Armadas en la sociedad turca. Al respecto, escribe: "Turquía sigue suscitando los recelos de muchos dirigentes europeos, aunque no se hayan manifestado tan bruscamente como en el caso del aspirante a la cancillería alemana, Edmund Stoiber, que propugna simplemente el veto a su candidatura... La UE, en cualquier caso, debe calibrar muy bien su respuesta y su actitud ante una Turquía que viene llamando reiteradamente a su puerta. Decepcionar sin buenos argumentos las esperanzas acariciadas por la mayoría de los turcos puede acabar dando a los partidos proislámicos, declaradamente antieuropeos, el combustible que necesitan".

El futuro de los reformistas

Der Standard, de Viena, considera que la actitud que adopte Bruselas será determinante para las próximas elecciones turcas: "Los nacionalistas seguramente harán campaña argumentando que los reformistas han vendido al país, sin recibir algo a cambio de parte de Europa. Si los esfuerzos del bando europeísta no son retribuidos, está programada la derrota de los reformistas. En vista de las tendencia nacionalistas que resurgen en la política europea, de las dificultades económicas y el avance del populismo derechista, puede ser correcta la apreciación de Ankara de que si en diciembre no plantea una fecha para negociar sobre la adhesión de Turquía, la oportunidad no volverá a presentarse por largo tiempo".

¿Musulmanes en la UE?

Le Figaro, de París, plantea al respecto una serie de interrogantes: "Podría la UE acoger algún día a un país que es laico, pero cuya población es casi íntegramente musulmana; un país con una posición geoestratégica clave, que sin embargo está casi por completo en Asia; que no sólo pertenece a la OTAN, sino también a la Organización de la Conferencia Islámica. ¿Puede la Unión Europea tener como vecinos directos a países tan problemáticos como Siria, Irán e Irak?"

Más democrática y más europea

También en Alemania, el periódico Nürnberger Nachrichten manifiesta ciertos reparos: "Ecevit (el premier turco) afirma que desde este fin de semana Turquía es más libre, más democrática y más europea. ¿Pero significa ello que sea suficientemente democrática y europea? En los textos de las nuevas leyes aún no se ha secado la tinta. Y cuidado: contienen resquicios por doquier. ¿Quién determina, por ejemplo, cuándo existe amenaza de guerra y se puede aplicar la pena de muerte? ¿Quién define hasta qué punto pueden llegar los nuevos derechos de la minoría curda, sin que se los considere separatismo? Poner en duda la "integridad de la nación y su territorio" sigue siendo un pecado mortal en Turquía –en consecuencia, quien demande un territorio curdo autónomo habrá traspasado rápidamente los límites de la tolerancia estatal".