Apenas público en Atenas
21 de agosto de 2004108 años tuvo que esperar la capital griega para vivir el retorno de los juegos clásicos a su lugar de origen pero, pese a las previsiones, la falta de aforo está desprestigiando el gran festival del deporte. Atenas no responde a las expectativas de público y ni siquiera los helenos se dignan a alabar la “gloria olímpica”.
Después de finalizar los preparativos en un tiempo récord, parece que los atenienses decidieron tomarse un descanso tras el trabajo organizativo. No sólo en los estadios sino también en la ciudad, la vida parece haberse detenido a causa de las vacaciones. Nada cambió en el día a día de Atenas, pese a contar con los honores de ser anfitriones de las Olimpiadas 2004.
¿Qué pasa en Atenas?
Los números que maneja el comité organizador no coinciden con la impresión general que se tiene de la asistencia de público a las pruebas. Día tras día, los organizadores publican cifras de venta de localidades altamente satisfactorias, pero los pabellones, estadios y piscinas siguen apareciendo semidesiertos. Tan sólo en algunas de las pruebas como el baloncesto, sorprende el apoyo del público local.
Incluso las emisoras de televisión, una de las grandes fuentes de ingresos para la financiación de los juegos, son conscientes del hecho. Pero, ¿como van a presentar su producto con falta de público y de espíritu olímpico? Para eso existen soluciones como utilizar planos del estadio que muestren las gradas que están llenas y evitar que se vea la deficiente pasión del público por el deporte. A pesar de lo que se muestra en televisión, en algunas competiciones, el número de acompañantes de los atletas superaba al número de espectadores.
La batalla de las “hermanas olímpicas”
Los organizadores del evento, el Gobierno griego y el Comité Olímpico Griego (ATHOC), no ofrecen explicaciones y, en vez de buscar la causa, se culpan mutuamente de la poca afluencia de público a los juegos.
La directora del ATHOC, Gianna Angelopoulos-Daskalaki y la Ministra responsable del evento, Fani Palli-Petralia, eran consideradas hasta ahora las salvadoras de los juegos. Ambas fueron responsables de traer los juegos a Atenas y de que todo estuviera preparado al inicio del evento. Sin embargo, su fama cambió de rumbo y ambas tratan de eludir responsabilidades en cuanto a la falta de público. En la prensa ateniense ya se ha titulado el romance como “La batalla de las hermanas olímpicas”.
Descenso del turismo y miedo al terrorismo
Entre las causas del poco espíritu olímpico está el descenso del turismo en Grecia. Los altos precios de los hoteles, o la falta de plazas disponibles (colapsadas por la organización olímpica) y la publicidad negativa por los retrasos en los preparativos, provocaron que la afluencia de visitantes extranjeros se haya visto reducida en un 25% en comparación con los veranos anteriores.
También las especiales medidas de seguridad, preparadas para hacer frente a un atentado terrorista, son causa de la falta de público. “Los controles y la histeria por el terrorismo, desaniman a muchos atenienses a asistir al estadio”, declaró el periódico “Eleftherotypia”. Pese a todo, los organizadores esperan que la situación cambie conforme las competiciones entren en la fase final y aumente la emoción en el estadio.
Aunque el comité espera lavar la imágen de Atenas en las rondas finales, los precios de las entradas supondrían un duro sacrificio para el bolsillo de los atenienses. Una familia de tres miembros que quisiera acudir al estadio debería desembolsar un tercio de su presupuesto mensual para poder ver una final. Un sacrificio monetario enorme que los griegos prefieren gastar en la playa.