Annemarie Heinrich, el ojo predilecto de los artistas
Nacida en Alemania y radicada en Argentina, Annemarie Heinrich fue una fotógrafa clave en América Latina, famosa por sus retratos únicos de grandes figuras del siglo XX.
Un nuevo comienzo
Annemarie Heinrich nació en Darmstadt, Alemania, y emigró a Argentina con su familia en 1926. Antes de dedicarse a la fotografía, soñaba con ser bailarina, pero su padre se lo prohibió. “Como él era violinista y no pudo volver a tocar tras la Primera Guerra Mundial, consideraba el arte un medio inestable”, explica a DW su hija Alicia Sanguinetti.
Ayudante
Annemarie encontró su primer trabajo como ayudante en el estudio fotográfico de Melitta Lang. “Al principio Melitta no la dejaba tocar las cámaras, así que hacía más bien labores de limpieza, pero yo creo que allí descubrió que con las fotos había una forma de hacer carrera y de comunicarse”, cuenta a DW Alicia Sanguinetti.
Primeros disparos
Ya instalada en Villa Ballester, Annemarie comenzó a experimentar con la fotografía, retratando plazas, calles y a sus vecinas. Paralelamente, siguió aprendiendo en el estudio de Melitta Lang y colaboró en tareas de laboratorio con la fotógrafa Rita Branger. En la imagen, se la ve disfrutando del sol durante sus vacaciones.
Profesionalización
En 1930 abrió su primer estudio fotográfico y consolidó su carrera profesional. En el local de la calle Santa Fe se especializó en retratos de artistas. Los encargos aumentaron y debió expandirse. En la imagen, un grupo de bailarines rusos durante una presentación en el famoso Teatro Colón.
Favorita de los artistas
Annemarie instaló su estudio cerca de Radio El Mundo, foco cultural de la época. En 1944 retrató a una joven Eva Duarte tras su primer concurso de belleza. “Evita" le pidió que fotografiara al general Perón. Annemarie respondió: ‘Claro, que pase por el estudio cuando quiera’”, recuerda Alicia Sanguinetti para DW.
La carpeta de los 10
Además de su obra fotográfica, Annemarie fundó La carpeta de los diez, la primera agrupación de fotógrafos profesionales en Latinoamérica. Allí compartían, analizaban y debatían sus trabajos. En la imagen, el actor mexicano Ramón Novarro. “Esta foto, tomada en los años 30, destaca por su modernismo e iluminación”, comenta el fotógrafo Lutz Matschke.
Terapia fotográfica
Las sesiones con Annemarie podían durar horas. Para muchos artistas, era casi una terapeuta: los escuchaba y acompañaba hasta lograr el mejor retrato. “Borges llegó tenso, pero Annemarie, sabiendo que hablaba alemán, le habló en ese idioma. Él se relajó y comenzó a recitar Fausto. Así surgió ese retrato”, cuenta a DW Matschke.
Desnudos
Heinrich también es reconocida por su serie de desnudos artísticos, que en su momento generaron controversia. En 1991, una imagen de su serie El Desnudo (1946), expuesta en la vidriera de su estudio, fue objeto de una denuncia por “exhibición obscena”. La acusación fue rechazada y la censura no prosperó.
Viajes
Además del retrato, Annemarie fotografió escenas de sus viajes por Argentina y otros países de la región. Campesinos, pescadores e indígenas fueron parte de su mirada documental. “Cuando estaba libre, de vacaciones, siempre andaba con la cámara colgada al cuello”, recuerda Ricardo Sanguinetti.
Legado
Hoy, sus hijos Ricardo y Alicia, ambos fotógrafos, continúan difundiendo su legado desde la Fundación Annemarie Heinrich. Con un archivo de más de 350 mil imágenes en distintos formatos, incluidas series a color, su obra sigue viajando: en 2024 se expuso en la Willy Brandt Haus de Berlín y para 2025 se proyectan nuevas muestras en Argentina y Alemania.