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"Alemania no está para aventuras"

4 de agosto de 2002

El canciller alemán, Gerhard Schröder, se manifestó claramente contra un ataque a Irak, mientras su ministro de RR.EE. habló de "prioridades erróneas". La política exterior comienza a ser tema en la campaña electoral.

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Fischer y Schröder, opuestos a un ataque contra Irak.Imagen: AP

Las palabras de Schröder causaron cierta sorpresa, no tanto por su contenido, sino por su tono categórico: "sólo puedo prevenir de discutir sobre una guerra contra Irak sin pensar en las consecuencias y sin tener un concepto político para todo el Medio Oriente", afirmó el canciller alemán, en un acto público realizado en Hannover, en el marco de la campaña electoral.

Hasta ahora, el gobernante germano había eludido una definición tajante, remitiéndose a la ausencia de planes concretos o solicitudes de apoyo estadounidenses. Por lo demás, Berlín se limitaba a asegurar que los soldados germanos no participarían en una eventual operación que no estuviera amparada por una resolución expresa de la ONU.

Más allá de las inspecciones

Sin embargo, por lo visto ya no basta con reiterar la necesidad de mantener la presión sobre Bagdad para que permita la entrada de inspectores internacionales de armamento. Washington comienza a demostrar que no se dará por satisfecho con que Irak muestre disposición a conversar sobre las inspecciones. Así lo indican las últimas declaraciones del secretario de Estado, Colin Powell, quien comentó que lo principal no son las dichas inspecciones, sino el desarme. Más claro había sido recientemente el ministro de Defensa, Donald Rumsfeld, al manifestar sus dudas sobre la eficacia que pudiera tener la labor de los inspectores en cuanto a descubrir los escondites de los arsenales iraquíes.

Las cartas diplomáticas, en consecuencia, no resultan demasiado prometedoras. Y, en Alemania, el tema se mantiene obstinadamente presente ante la opinión pública. Mientras el candidato conservador a la cancillería, Edmund Stoiber, intenta bajarle el perfil, el experto de su equipo en materias internacionales, Wolfgang Schäuble, se mostró partidario de que Alemania participe en un eventual ataque, si éste obedece a un mandato de la ONU. Los liberales, por su parte, reprochan al gobierno permanecer inactivo ante el asunto.

La política de la chequera

Razón de más para que Schröder -cuyo partido va en desventaja en las encuestas de opinión-, se pronunciara con claridad. Y lo hizo recordando que, tras los atentados del 11 de septiembre, Alemania demostró ser capaz de actuar decididamente en situaciones de crisis. El canciller subrayó que su gobierno está permanentemente dispuesto a ofrecer su solidaridad, pero no a participar en "aventuras".

Aludiendo al papel que desempeñó el país en la Guerra del Golfo, a comienzos de los 90, puntualizó que ya no tiene validez la "división de tareas" de aquella época, en que los alemanes limitaban su participación a la entrega de dinero. Schröder no está dispuesto a volver a los tiempo de la "política de la chequera".

Durante su gobierno, Alemania ha asumido un papel activo en el concierto internacional, con todas las implicaciones, incluso militares. De ello se deriva también la necesidad de definirse, en situaciones como la actual. Más aún faltando mes y medio para las elecciones y teniendo en cuenta que la política exterior es un campo en el que Schröder supera ampliamente a su contrincante en el favor del electorado.