"Acto brutal": teleféricos de Nepal generan controversia
Nepal espera que más teleféricos en el montañoso país impulsen un auge turístico. Pero los activistas dicen que la construcción está poniendo en peligro importantes bosques y protestan para detener el proyecto.
Arriba, arriba y lejos
Los teleféricos, como el de la foto, que transporta personas en las afueras de Katmandú, se consideran en realidad una alternativa ecológica a las carreteras. No requieren mucho espacio y pueden operar de manera relativamente eficiente desde el punto de vista energético. Sin embargo, en Nepal, la construcción prevista de más teleféricos ha provocado protestas, algunas de ellas violentas.
Luchando por el bosque
Los manifestantes en las montañas de Taplejung, en el este de Nepal, protestan contra la construcción prevista de un teleférico de 2,5 kilómetros hasta la cumbre. Temen que el proyecto, financiado por el gobierno y con un costo de 21 millones de euros, dañe bosques antiguos, amenace santuarios culturales y prive a muchas personas de sus medios de vida en la región.
Protestas pacíficas y no tan pacíficas
Las protestas contra el proyecto del teleférico no siempre han sido tan pacíficas como ésta de la foto. En enero, una manifestación en Taplejung se intensificó y cuatro activistas resultaron heridos por disparos. También resultaron heridos 21 policías. La situación se ha calmado desde entonces, pero a finales de febrero nuevas protestas provocaron heridos.
Volando alto
En los últimos dos años, se han inaugurado cinco proyectos de teleféricos en Nepal. Según el gobierno, hay otros 10 en proyecto. Con los teleféricos, el país del Himalaya pretende seguir fomentando el turismo que, según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo, representó más de 6% del producto interno bruto de Nepal en 2023.
Arduo ascenso
Cada año, unos 300.000 devotos hindúes caminan por horas hasta el templo Pathibhara Devi, en la cima del monte Taplejung. El gobierno espera que el teleférico atraiga a más peregrinos y fomente aún más el turismo en este país económicamente débil. Los peregrinos de mayor edad, en particular, podrán realizar fácilmente el arduo viaje hasta el templo.
Flora y fauna frágiles
Los críticos dicen que la naturaleza está en peligro. En Taplejung ya se talaron unos 3.000 rododendros para construir torres de alta tensión y se prevé que se talen 10.000 más. Los bosques también son hogar de especies en peligro de extinción, como el panda rojo, el oso negro y el leopardo de las nieves. Y para los habitantes de la región, las montañas y los bosques circundantes son sagrados.
Deforestación en nombre del progreso
Taplejung no es el único lugar donde se talan árboles. Según el Ministerio de Medio Ambiente de Nepal, se han talado más de 255.000 árboles en los últimos cuatro años para proyectos de infraestructura. "Nepal ha sido testigo de una deforestación masiva en nombre de la infraestructura", declaró el profesor de silvicultura de la Universidad Tribhuvana, Rajesh Rai, a la agencia de noticias AFP.
Excavaciones con protección policial
La policía fue llamada a proteger las obras por temor a las protestas. También se han criticado los estrechos vínculos entre el promotor, Chandra Prasad Dhakal, y el gobierno nepalí, al que acusan de estar solo al servicio de intereses comerciales. Dhakal ha rechazado las críticas, destacando la creación de 1.000 puestos de trabajo como resultado del proyecto del teleférico.
"¿Cómo sobreviviremos?"
No obstante, para otros nepalíes, el teleférico sería económicamente devastador. Cientos de porteadores como este hombre se ganan la vida llevando equipaje a la cumbre (y a veces a los propios peregrinos). Los vendedores de té a lo largo de la ruta también temen por su sustento. "Si se transportan sobre nosotros en un teleférico, ¿cómo sobreviviremos?", se pregunta el porteador Chandra Tamang.
"Estamos luchando para salvar nuestro patrimonio"
"Es un acto brutal", dijo el líder de la protesta Shree Linkhim Limbu, al lamentar la tala de árboles en Taplejung. Según locales, el dinero del gobierno se invertiría mejor en preservar "la importancia religiosa, cultural y ecológica" de los bosques. Los manifestantes prometen no parar hasta que se cancele el proyecto. "Estamos luchando para salvar nuestro patrimonio", dijo Kendra Singh Limbu.