Absolución definitiva para Alemania
5 de junio de 2007La amenaza de dolorosas multas por no cumplir reiteradamente con el Pacto de Estabilidad (entre 2002 y 2005) ya se había disipado y, desde el año pasado, Alemania había vuelto en la práctica al redil: con un nuevo endeudamiento del 1,7% del PIB, el país se mantuvo en 2006 holgadamente por debajo del máximo establecido del 3%. Aún sí, el alivio del ministro de Hacienda germano, Peer Steinbrück, fue manifiesto cuando sus homólogos de la Unión Europea pusieron punto final al asunto en Luxemburgo. "Nunca más quisiera caer en una situación semejante", comentó el jefe de las finanzas de Berlín, orgulloso de haber salido definitivamente del atolladero.
Un tabú que se rompió
Desde el punto de vista político, Alemania recupera así la credibilidad que había ido perdiendo paulatinamente al no poder cumplir los rigurosos estándares que ella misma había presionado por imponer a la unión monetaria europea. Pero en los anales de la UE quedará registrado el hecho de que fue justamente Berlín el que impulsó una relajación de los férreos preceptos del Pacto de Estabilidad, al inducir a su reforma, en 2005. Más tiempo para hacer los deberes y la posibilidad de incluir otras variables en los cálculos fueron el resultado.
El debate, en todo caso, sirvió para acabar con algunos tabúes y aceptar la posibilidad de buscar acuerdos más flexibles. El resultado no ha sido negativo, al menos de acuerdo con el balance que se puede hacer hasta la fecha: sólo Italia y Portugal se ven confrontados todavía con la amenaza teórica de sanciones por sobrepasar el tope de endeudamiento, mientras que Grecia ha quedado absuelto al igual que Malta, un país que aún aspira a incorporarse a la eurozona. Y el euro, que es lo principal, sigue gozando de buena salud.
El ahorro continúa
La absolución formal de Alemania es vista por el ministro Steinbrück como un reconocimiento a los éxitos de su política de ahorro, pero no como una carta blanca para aflojar el cinturón del gasto fiscal. De hecho, la reducción del déficit obedece en gran medida a la recuperación de la coyuntura económica germana, que vuelve a crecer a tasas superiores al 2%, deparando mayores ingresos tributarios a las arcas estatales. Pero si la actividad vuelve a decaer, el problema del déficit volverá a agobiar a las autoridades.
Por el momento, sin embargo, las perspectivas son favorables. La Comisión Europea calcula que el déficit seguirá reduciéndose y podría bajar este año incluso al 0,6% del PIB. No obstante, Steinbrück es el más interesado en no bajar la guardia y ha reiterado el compromiso de equilibrar el presupuesto hasta el año 2010, como se ha acordado con los otros socios de la UE. Eso supone seguir ahorrando. Y el comisario europeo responsable de la estabilidad monetaria, Joaquín Almunia, ya ha anunciado que seguirá pendiente de la política financiera de Alemania.